un personaje

Faustino, vive descalzo, con ropas grandes que no le pertenecen, duerme en su aldea, no sobre un colchón, sobre paja seguramente.

Se enteró por otros que Alberto dibujó sobre la tierra calcárea un planisferio para poder mostrar a otros integrantes de la aldea, su procedencia, donde estaba su casa al otro lado del océano.

Mostró entonces la silueta de África, la silueta de América, el Océano en el medio de ambos continentes y luego señaló donde estaba su país y donde estaba el nuestro.

Ante tal disenho, Faustino al ver a Natalia, corrió a traer su cuaderno, que vaya a saber uno de dónde lo consiguió, le pidió que le dibujara el mundo.

Faustino vive en la aldea, no conoce más que la margen derecha o izquierda según de donde venga, del rio Kuvelai, sabe que trabajó y no le pagaron, sabe que en este período de seca es difícil conseguir comida y sabe que los blancos que llegaron al pueblo, tal vez le provean y este invierno el hambre sea menos insistente.

El ARCOIRIS

En Africa los colores son siempre intensos. El cielo de verano no lo es menos, y los días de tormenta aparece más de un arcoiris como si uno solo no fuera suficiente para llenar de color el cielo.

Le pregunto a Tomás como llaman en su dialecto a tan hermoso juego de luces y colores.

Así me cuenta una leyenda que dice, que si la punta del arcoiris te ecuentra en el campo, entonces te mata, sorbiendo toda tu sangre.

Reflexiono entonces el poder del miedo para controlar las acciones humanas.

Seguramente, quiero pensar que así fue, la leyenda surge por algún niño curioso que quiso buscar el origen de esa luz de colores y se fue de su casa perdiéndose en el bosque. Los adultos entonces para que no volviera a pasar, crearon la leyenda que mediante el miedo impidiera que las almas curiosas salgan a buscar el origen del arcoiris.